En otra entrada cité al líder batería de Metallica Lars Ulrich, diciendo que las bandas de su juventud eran muy flojas a su oído europeo, acostumbrado a más fuerza, otra técnica en las baquetas, etc. Pero la banda Journey devenía de una formación tremenda, la banda de Carlos Santana, quien había embolsillado a un buen grupo de personas en Woodstock, con esas reminicencias a sus raíces latinas, y su mestizo encuentro con la música, debido a su proveniencia mitad latino, mitad americano, sin grandes brechas.
Y así era tambien la propuesta de Journey, mezcla de excelsas armonías, líricas románticas, y unos riffs que fueron heredados del rock ´n ´roll más puro.
El momento de ruptura con su vocalista Steve Perry, (para mi de las mejores voces del rock,) que no un gran showman, pero eso sí una voz sólida y contundente. Fue realmente traumático, no faltó quien predijera la desaparición de la banda, y vaya sorpresa, con la producción de un muy bien dotado bajista (Randy Jackson), a quien se le puede ver estos días en American Idol; surge STREET TALK, un álbum completo, que suena como muchos músicos dicen gordo y de allí se va a lo sweet. Muy buen disco, no fue nominado a premio alguno, pues como ya mencioné, se le trató como al marido maleteado, y para peor suerte del mismo Perry, ninguno de sus tres trabajos en solitario corrieron con suerte.
En los años noventa intentan una unión y dan con el pie a la lata con la balada When you love a woman, que hizo respirar por algunos meses en la radio a la banda y al propio Steve. Actualmente, es lamentable la repartición de bienes, pues han pasado dos o más imitadores de Perry sin lograr levantar el entusiasmo por la banda. Definitivamente las bandas son como una relación de parejas. The winner takes it all, como dicen los norteamericanos, pero algunas veces nadie gana. Pierde el seguidor.
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